El periodista Sebastián
Espósito, especializado en música del diario La nación, analiza la postura de la mujer en el rock y desnuda un viejo
estigma
Por Florencia
Fico
Un
hombre empapado por melodías que dieron historia. “El rock corre por mis venas
y por mis notas”, anuncia Sebastián Espósito, crítico musical y redactor del
diario La Nación en su cuenta de Twitter.
Espósito
reflexiona sobre el rol de la mujer en el rock argentino y cree que no tiene
una posición particular y distinta a la del hombre. “Quizá por una cuestión de cantidad e
historia, lo femenino se ve disminuido frente a lo masculino”, dice el
escritor.
Algunas
representantes vocalistas del género como
Fabiana Cantilo, Sandra Mihanovich, Hilda Lizarazu o Patricia Sosa aportaron
conforme la visión de Sebastián “material importante y canciones que son
clásicos” hoy en día. “Algunas de ellas
dejaron de hacer y vincularse con el rock y otras siguen haciendo música”,
manifiesta Espósito.
El
periodista también se acuerda no solo de cantantes sino también de las que
están detrás de la voz: “Instrumentistas, hoy por hoy son miembros de
muchísimos grupos de formación, una baterista, una bajista. Me parece en cuanto
a número y calidad hoy es un buen momento”, opina Sebastián. El cronista
destaca a bandas como Utopians encabezada por una mujer que según su mirada
generaron un “rock crudo, muy bien hecho y tocado”, asimismo de Liers integrada
totalmente por chicas.
¿Crees que existe una poesía
generada por mujeres en el rock?
No estoy de acuerdo si hay una temática femenina, en
contraposición a una masculina. Podría suponer que en su momento las canciones
de Riff, eran masculinas por que hablaban de mujeres y autos, pero sería erróneo pensar que Riff era una banda solo
para hombres. Quizás en algunas interpretes femeninas, como Gabriela Marrone
que es considerada la primera cantante de rock argentina, le haya aportado una
cierta sensibilidad. En su momento, Fabiana Cantilo tenía cierto desparpajo o
esa cosa de insinuación sexy. Que ahora no sorprende a nadie, pero antes no era
habitual.
¿Qué diferencia posee la lírica
generada por mujeres?
Sobre todo viendo más que nada esta última generación, de los 2000 a la actualidad. La
mujer como cantante y compositora es más directa en sus letras y en su pedido,
sin dejar de lado la poesía, que el hombre que da más vueltas en eso.
¿Cómo ves los productos
musicales de hoy con respecto a grupos de los 80’?
Actualmente hay una renovación que todavía hay que
esperar que madure. No veo que haya un movimiento sólido, pero también es
cierto que es muy difícil analizar desde este momento. Es mucho más fácil los
80’ y los 70’ lo que sucedió con perspectiva, ver algo con distancia. En los
70’ hubo un movimiento que confluyó en el comienzo del rock en Argentina, en
los 80 hubo una renovación a partir del regreso de la democracia, o en los 90
hubo una nueva camada de bandas que dijeron olvidémonos de los que estaban
antes y digamos que somos la novedad. “A mi generación no le importa tu
opinión” cantaban Babasónicos. Quizá necesitemos más distancia para juzgar a la
generación actual, además me parece que musicalmente estamos en un buen momento,
quizá le falta una figura tan grande como la anterior.
¿Qué le consejo le darías a
estas bandas que quieren formarse?
Que toquen, lo más que puedan, compongan música y nueva. Prestarle un poco menos de atención
a los opinólogos que con el auge de las redes sociales todo el mundo te está
diciendo lo bueno que es tu música o lo malo.
Todo el mundo te quiere aconsejar. Me parece que en los 70’, 80’ y 90’ y
hoy, las bandas necesitan encerrase un poco y consolidarse puertas adentro,
para después salir bien paradas al mundo. Y poder pasar el umbral de la
influencia que es muy fuerte. Todas las bandas que empezaron a hacer música por
que le gustaron otras y así es como tres o cuatro personas se unen por una
cuestión de gustos en común. Pero de ahí a un sonido y una música propia hay un
tramo largo. Como se suele decir es un:
“90% transpiración y 10% de inspiración”.
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