Un
primer PASO significativo con pocas chances de replicarse a corto plazo. El
show de las encuestas. Construir en base a un horizonte: Santa Fe y Mendoza.
Por Leonel Pavón
Minimizar los
resultados electorales de las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias,
acontecidas en Salta el domingo pasado, es un error. El triunfo del candidato
oficialista Juan Manuel Urtubey desmorona dos principios cruciales- y a la vez
cotidianos- que son utilizados por todo el arco opositor para obtener rédito
político, pero sobre todo simbólico: la construcción del llamado “fin de ciclo
kirchnerista” y el reflejo de “lo real” en las encuestas.
El primer
desafío electoral era importante, los resultados de cualquier elección deben
serlo, mucho más en un año de renovación de la banca presidencial. Una derrota
del Frente Para la Victoria a nivel provincial, hubiera significado para la
oposición –mediáticamente representada en Clarín y La Nacion, políticamente
representada en Macri y Massa- la confirmación de un agotamiento del modelo
oficial y la oportunidad de profetizar nuevas caídas futuras.
Antes de los
resultados del domingo, varias encuestadoras-ICQ, Datamática, entre otras- reflejaban
un “empate técnico” del 36% de los votos entre el actual gobernador salteño y
Juan Carlos Romero, representante del Frente Romero+Olmedo. Ante la diferencia de 14 puntos- 47, 34 %
contra 33,63%- surge el cuestionamiento hacia la credibilidad de las
encuestadoras, sus métodos de recolección y generación de datos, su acotamiento
del universo encuestado; en un contexto en el cual el accionar político se ve
influenciado por estos sondeos, muchas veces deficientes, como en tal caso.
No sólo por lo
que afirmaban las encuestas el triunfo de Urtubey resultó significativo para el
sector kirchnerista: la presencia de los precandidatos presidenciales- Scioli,
Randazzo, Rossi- junto al gobernador salteño en un contexto distendido y
festivo, sumado a su llegada a la Casa Rosada para ser recibido por la presidente,
son gestos políticos que intentan construir cierta solidez de cara a las PASO
de la semana próxima: el gobierno nacional se sabe la tercera fuerza en Santa
Fe, detrás del PRO y del Socialismo, por lo que intentará una “derrota digna”
que le dé chances de revertir ese resultado en las elecciones generales
santafesinas del 14 de junio.
En Mendoza la elección
está polarizada entre un frente opositor -conformado por el PRO, el Radicalismo
y el Frente Renovador- y el FPV. Todas las encuestas provinciales- Ceop Latam,
Diagnóstico y Análisis, Reale Dalla Torre- dan como perdedora a la fuerza afín
al gobierno nacional. Sin embargo, aquí el panorama es mucho más reñido. Queda
visto, además, desde el puntapié inicial de Salta, que basar el resultado
electoral en ese tipo de sondeos, es al menos, peligroso.
Luego de las
elecciones abiertas del domingo, los sectores partidarios con más chances de
pelear por el sillón presidencial acuden a dos estrategias simbólicas y
políticas, que se replicarán de aquí en más: aminorar la derrota será crucial
para la oposición, maximizar la victoria crucial para el kirchnerismo; y viceversa.
Así hasta Agosto, donde se produzca el primer examen a escala nacional.
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