Oscar Giunta, baterista mendocino
radicado en Buenos Aires, considerado uno de los mejores en su género, en una
extensa charla matizada de anécdotas, nos ilustró sobre sus proyectos y su trayectoria
"Tocamos en el teatro Colón y la sensación es única y maravillosa"
Por Federico D'Auro
En Villa Crespo, posee una sala
donde da clases, ensaya y allí, se pactó la entrevista. Es uno de los
bateristas más reconocidos de la
Argentina, versátil, creativo y con una técnica única que lo
llevó a fundar, participar y gestionar enormes proyectos.
El ambiente, se compone de sillas
desparramadas para recibir a quienes deseen ver en acción a Oscar Giunta, en
alguna de sus afamadas clínicas de batería; un generoso espejo que ocupa
completamente una de las paredes laterales que data de los años 40 completa la
escena. Se respira música.
En la ciudad de Buenos Aires
tenemos 3 o 4 lugares que fomentan el estilo del “Oscar Giunta Supertrío”, una
fusión de clásicos de la música popular de los ’90 y artistas como Luis Alberto
Spinetta, que fueron llevados y arreglados para versiones jazzeras. Comenzó a
promover el trío por el Gran Buenos aires, zona sur y zona oeste para luego
volver y alternar con los lugares de la ciudad, sumado a la difusión del boca
en boca comenzaron a girar por el interior, Mendoza, Rosario, Córdoba, Salta,
Entre Ríos, Concordia, Chaco, Corrientes, y en breve se presentarán por el sur
de Argentina y luego irán para Chile.
“Durante la grabación del primer
disco, la idea central fue plasmar la electricidad y el fuego que tiene la música
tocada en vivo. Es mis recientes proyectos, me acompañaron en piano, Hernán
Jacinto y en contrabajo Arturo Puertas. Desde noviembre de 2012 tocamos de forma
permanente, ya que la idea original era tener una continuidad, poco frecuente
para el medio. No pretendí encararlo como un proyecto en el que destaquen los
solos, buscaba que los solos provengan de una situación musical y no de una
estructura, que fluya todo de forma natural”, comentó.
El trío se encuentra próximo de la
grabación del primer disco y Oscar García percibe que lo más importante que
pasa con este tipo de música se genera al momento de tocarla en vivo más allá
de que sea original o composiciones propias, ahí es cuando se logra llevar al
más alto nivel lo que se hace. “Eso no
se consigue tocando una vez cada seis meses o juntando a la monada un día antes
para ensayar”, añadió.
Un proyecto similar fue el
“Quinteto Urbano”, un grupo de jazz con una técnica y swing excelsos, que
cofundó, en el año 1999, con Juan Cruz de Urquiza en trompeta, Rodrigo
Domínguez en saxos, Diego Schissi en teclados y Guillermo Delgado en contrabajo.
Las primeras semanas tocaban a los lugares claves de la ciudad de Buenos Aires
porque en ese momento no había circuito jazzístico ya que nadie iba a ver un
grupo y mucho menos que tenga frecuencia en un mismo lugar, entonces decidieron
ir a tocar al Celta Bar que era básicamente una pizzería.
Allí había un sótano, un pequeño
escenario y comenzaron un ciclo donde se presentaban todos los jueves. Esa
movida se convirtió en el primer foco creativo para el grupo ya que funcionaba
como incentivo para juntarse a ensayar, mínimo, una vez por semana e ir
preparando música nueva. “Al cabo de un año, el bar se llenaba a tope: cuando
comenzamos solo había una mesa”, recordó.
En el año 2000 los llamaron de
otro lugar para tocar todos los viernes durante dos meses y, gracias al éxito
que tuvieron, tocaron un año y medio. “Veo como algo positivo de nuestra
sociedad que siempre se guarde un billetito para amparase en el arte”, confesó
nostálgico.
Al Colón
En Marzo del 2004 el Quinteto
Urbano se presentó en el Teatro Colón. “Siempre tocar en un espacio de tal
magnitud es algo muy relevante y llamativo”, aportó y sumó: “La sensación
particular desde arriba del escenario es más imponente que la que se tiene
desde debajo del escenario”. Es un lugar bellísimo y la acústica hace que todo
suene espectacular. En esa oportunidad el quinteto tocó de forma acústica, es
decir sin amplificación alguna, solo una breve sobre el contrabajo. “La verdad
que el teatro Colón, luego de su restauración, quedó increíble sin perder nada
de su acústica ni belleza original”.
Tuvo la fortuna de tocar en otras
oportunidades en el Colón, una fue en septiembre de ese mismo año junto a
Paquito de Rivera y a la Orquesta Filarmónica del teatro, fue un concierto
donde Paquito festejaba sus 50 años con la música. Luego en el año 2010, se
presentó junto al saxofonista y clarinetista Eddie Daniels que, para esa
instancia, el teatro ya estaba restaurado. A la sala le devolvieron mucho de su
antiguo esplendor, incluso a algunos palcos les agregaron los velos originales,
la mampostería, el telón principal, que estaba muy deteriorado, lo cambiaron por
uno de sus mismas características originales, un completo y serio trabajo.
El 9 de junio de 2011, con un teatro Gran Rex
colmado y a punto de empezar el show, una voz en off anunció que por problemas
climáticos (cenizas volcánicas) la baterista Terry Lee Carrington no pudo
llegar a Buenos Aires, una pequeña decepción sucumbió el lugar, luego la misma
voz dio aviso de que quien la iba a suplantar era Oscar Giunta. La presentación
y el aviso de que Oscar iba a tocar, Shorter la entendió perfectamente quien al
escuchar los aplausos le dijo, que las ovaciones eran para él. “Fue una de las
mejores experiencias que tuve en mi vida, seguramente quedará grabada en mis
oídos y retinas para siempre”, finalizó satisfecho.

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