Así se refirió José Jara, en
diálogo con COEMU al referirse a la temática principal que se debate entre
todos los estados del mundo. El joven formoseño, además, abordó las
implicancias socio-políticas de este fenómeno y sus sensaciones personales tras
participar en la Conferencia
de las Partes de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, (COP21)
desarrollado en África
"Se sabe que si la
temperatura global mantiene su aumento constante, varios países dejarán de existir para el 2050"
Por Julián Maciel
Con semblante paciente y una humildad notoria, el licenciado
en Relaciones Internaciones, José Jara, accedió a un mano a mano con este medio
en la Sede España,
para deambular por el camino de un fenómeno que no conoce lo que es el peligro,
y que avanza a pasos firmes.
-¿Cómo fue tu experiencia
durante el Congreso de Marruecos, sobre el cambio climático?
-En lo personal, de manera positiva. Para darte
contexto, participé de un proyecto global que se llamó “Agencia Joven
Internacional de Noticias”. Nosotros nos enfocábamos más desde el periodismo,
como escribir sobre iniciativas locales e historias individuales. También. Tratamos
las negociaciones, pero no era lo principal. Esta es una conferencia enorme, y
ellas son una parte pequeña de lo que sucede.
Además, nos encargamos de los “Side Events” que son
los eventos paralelos, donde diferentes organizaciones civiles de todo el mundo
o diferentes actores presentan su ponencia sobre algún tema especifico. Aún
así, desde lo individual también lo seguí porque soy relacionista
internacional. Si bien uno esperó más hubo avances en tema de finanzas en el
continente Africano. Que se haya realizado en Marruecos, denotó una
participación activa de ellos.
No obstante, retrocedieron en temas de investigación.
Amén de eso se ha conquistado un objetivo importante, que es que a partir de
2018, los Estados comiencen a cambiar sus parámetros de producción. Al revés de
cómo se plantó en París, el año pasado, para 2020.
-¿Los países van a cumplir
para el 2018 con la promesa?
-Personalmente, cuando se pensó para 2020 resultó
ambicioso. Uno tampoco puede ser tan ignorante, en decir, que de un día para el
otro voy a cambiar mi matriz productiva con bajas emisiones de carbono. Está la
pata económica, con la cual debo alimentar a un pueblo. En esta transición de
encontrar un modelo sostenible y darle un modo de ingreso a la gente hace que
este proceso sea muy lento. No creo que potencias como Estados Unidos, China,
India y la Unión Europea
logren hacer eso.
- Se proponen mejorar todo
lo ligado al Cambio Climático ¿Se va a concretar esa realidad?
- Se va a atrasar un poco más del 2020. Acá, no se
trató como una problemática sino como una urgencia. Se sabe que si la
temperatura global aumentara los niveles como lo viene concretando, la
situación es compleja: muchos países dejarán de existir para el 2050 y se
desprenderán muchas regiones costeras junto a desplazamientos de migraciones.
Se lo debe entender como una cuestión transversal y no como una problemática
aislada. Si no se ponen en acción, las complicaciones se incrementaran.
- ¿En cuánto es responsable
también el mal hábito de la sociedad?
-No es solo de arriba la culpa. También es nuestra.
Por eso, con nuestro plan se busca la concientización, a través de un método
que se llama “Edu Comunicación”. Todo el material que concretamos lo
transformamos en un lenguaje dinámico y joven, para que aquel que no lo razone
lo terminé pensando.
-Si se cristalizaría la
misión que se proponen las naciones, ¿Se evitarían los accidentes geográficos?
- Todo se halla en la educación de uno. Sí le echo la
culpa a los empresarios y a los políticos, pero repito lo mismo que ellos no
tiene sentido.
-¿Es importante que se haya
llevado a cabo en Marrakesh esa reunión?
-Se organizan anualmente una vez en distintos lugares
del mundo. La elección es de manera aleatoria. La siguiente iba a ser en Fiyi,
aunque Naciones Unidos lo rechazó debido a que creen que no tienen la infraestructura
necesitara. Más allá del país, que la agenda de este tema se vaya imponiendo es
fundamental.
-¿En cuánto evalúa que las
decisiones políticas del pasado contribuyeron para llegar a este momento?
- Arranca allá por 1992, con la Cumbre de la Tierra, en Riga. Allí se
debatió si era cierto o no, y luego qué medidas se podrían tomar. Y se llevó
mucho tiempo entender que realmente era así. En 1997 se rubricó el Tratado de
Kioto, que supuestamente entraría en rigor en el 2005.
No se dio así porque las
potencias no lo ratificaron. Ellos son el 50% de las negociaciones globales. A
diferencia de ese hecho, en el Tratado de París lo firmaron y revalidaron todos
los países. Igual el proceso implica una lentitud marcada. Al cambio climático
lo sufrimos todos. Lo vieron como una amenaza, entonces se adaptaron.
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