Difíciles
años los ´70 para el pueblo de América Latina, y una de las películas que refleja lo sucedido es Missing, dirigida por Costa Gavras. A 43 años del Golpe de Estado a Salvador Allende, traemos una producción audiovisual que merece ser vista.
Por Analía Maldonado
Sabido es que Estados Unidos impulsó los golpes de Estado en América Latina a través de la
Operación Cóndor, cuyo plan consistía en eliminar a toda persona con
pensamiento de izquierda, pensamiento político o ideológico opuesto o no
compatible con las dictaduras militares del Cono Sur de América, es decir,
Chile, Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay, Bolivia.
Decenas
de miles de opositores a las dictaduras militares,
la mayoría de ellos pertenecientes a movimientos de la izquierda política,
fueron desaparecidas y asesinadas por la organización clandestina internacional
que tenía el plan de limpiar
a quienes no compartieran su ideología. Sí, tenían un plan, el Plan Cóndor.
Pensar
en esa época sangrienta de la historia de Latinoamérica es sentir un sabor
amargo y un temblor en todo el cuerpo. Esta misma sensación es la que nos lleva
a revivir el cineasta greco francés Constantin
Costa Gavras en su película Missing (1982).
Missing, basada en el libro The
Execution of Charles Horman: An American Sacrifice de Thomas Hauser, es una
historia real que ocurrió en Chile, durante el golpe de Estado de 1973, dirigido
por el general Augusto Pinochet que depuso al Presidente Salvador Allende.
Costa-Gavras
da a conocer mundialmente este caso al estrenar este filme en 1982. El director
logra mostrar con mera mímesis la realidad que se vivió en esa época, retrata
el clima de miedo y persecución en las calles de Santiago, allí donde se
vivieron las detenciones callejeras, los secuestros domiciliarios en mitad de
la noche, las muertes por violar el toque de queda que comenzaba a las 10 de la
noche en aquellos días tortuosos.
Este
director, comprometido siempre con la temática social, reconstruye de manera
escalofriante y con ritmo preciso los días posteriores al golpe chileno hasta que
el periodista estadounidense Charles Horman desaparece.
La
película retrata al Charles Horman involucrado en su investigación en la que
trata de desenmascarar la participación política de su país en el golpe que
derrocó al gobierno de Salvador Allende, que llevó a la muerte del presidente
constitucional. Vale aclarar que la película fue censurada en Chile durante
toda la dictadura de Pinochet.
Tanto
Horman como Frank Teruggi, otro norteamericano desaparecido, trabajaban como
periodistas independientes para la Fuente de Información Norteamericana (FIN),
un servicio noticiero que traducía al español artículos de temas sociales y
políticas de la prensa norteamericana con el propósito de informar sobre las
actividades de los Estados Unidos en el Chile de la Unidad Popular, que era
favorable al gobierno de Allende.
El 16 de septiembre de 1973, cinco días después del golpe de Estado, el periodista
Charlie Horman es secuestrado en su domicilio de Santiago por militares
chilenos. Ante la alarmante falta de noticias, su padre, Edmund Horman llega al
país para tratar de averiguar su paradero.
Richard
Nixon era el entonces presidente de Estados Unidos, y con el apoyo de Henry
Kissinger, ministro de relaciones exteriores, fueron los impulsores del golpe
de Estado de 1973 de Pinochet. Kissinger fue, particularmente, el mayor
defensor de la necesidad de intervenir en Chile, considerando su gobierno como
"comunista", y una amenaza de germen peligroso para el orden en la
región.
Hoy
en día esta causa se sigue investigando. Por décadas, el servicio de Inteligencia de USA, la CIA, negó
cualquier implicación en el caso. Actualmente, el Juez Jorge Zepeda solicitó a
la Corte Suprema de Chile que
tramite la solicitud de extradición del ex militar estadounidense Ray Davis, partícipe del caso.
En sus
filmes, Costa-Gavras muestra una amplia mirada social y política. El cineasta Costa-Gavras
da a conocer este caso al mismo estilo que Charles Horman. Utiliza el cine como
método de denuncia, como Charles lo hacía con el periodismo. Es importante
remarcar que hoy podemos decir que son
otras épocas las que hacen que esta acusación salga a la luz y no quede en la
clandestinidad.
Muy buena película de un excelente director, indispensable a la hora de entender al cine como instrumento de denuncia y crítica política.
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ResponderEliminarY si de cine político se habla, Ken Loach es una cita obligada.
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