El conjunto dirigido por Diego Cocca hizo mejor las cosas
y logró el triunfo ante Independiente, con un tanto de Milito, el domingo por
la tarde, en el Juan Domingo Perón
Por Julián Barral.
Ante
un marco superior a 30.000 personas, la academia aprovechó la localía y el buen
funcionamiento de su equipo para derrotar al rival de toda la vida, en un
partido con muchas emociones.
El “Rojo”
tomó la iniciativa y golpeó con remates de larga distancia de Mancuello que
inquietó la valla de Sebastián Saja. Pero la “Academia” respondió con las
intervenciones de sus delanteros que, en cada avance, sacudían el arco
defendido por el “Ruso” Rodríguez. La defensa visitante pasó una tarde para el
olvido, regaló pelotas a los rivales y perdió siempre las marcas.
La
primer-y única- emoción del cotejo, llegó a los 21 minutos de la primera parte,
cuando Víctor Cuesta cometió una falta sobre Acuña y el juez, Delfino, cobró penal. El “Principe” cambió por gol e hizo delirar a toda la falange académica.
Con
más dudas que certezas, el “Diablo”, fue en busca del empate, aunque con más
aproximaciones que chances de gol concretas. En cada contra blanquiceleste había
perfume de gol, con grandes intervenciones de Bou que fue una pesadilla para
todo el fondo visitante.
Antes
de que finalice el duelo, Federico Mancuello, entró fuerte sobre la humanidad
de Camacho y vio la roja, por segundo partido consecutivo. Fue el propio
jugador quien hizo autocrítica y dijo: “Es
una jugada que no corresponde al capitán de un club tan grande, son cosas que
no pueden suceder. Pido disculpas a toda la gente”.
Así
mismo, el técnico Almirón no esquivó a la prensa y dio su análisis de la
derrota: “Tengo mucha bronca como todos.
Hicimos una buena primera parte, hasta el penal. Generamos varias situaciones
que no concretamos, estuvimos mal parados. Nos paramos mal, no aprovechamos lo
nuestro y jugamos ante un equipo que lastima y defiende bien”.
De
este modo concluyó el partido más esperado de la ciudad, de una mitad la
euforia y la alegría racinguista y del otro, la tristeza y desazón para el
“Rojo”.

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