“Enfrentamos dificultades que van desde el imparable
e impredecible desarrollo de Internet y el estallido de las redes sociales, hasta
sostener empresas que tienen cada vez más escollos para fidelizar clientes.”
Lo sostuvo el director periodístico de “Diarios sobre Diarios”, en el marco de
la serie de notas que publicamos sobre los desafíos que enfrenta la profesión.
"Hoy la velocidad, instantaneidad y brevedad son el
imperativo para la labor del periodista"
* Por Adalberto
Reinares
La evolución de la tecnología, especialmente en los
últimos 20 años, ha puesto en jaque a diversos oficios, entre ellos el
periodismo. Si el Siglo XX ha sido el de la información, el XXI tal vez pase a
la historia como el fin de ese período en el que los periodistas hacían de
mediadores entre los hechos noticiosos, sus protagonistas y el público.
Las amenazas que se ciñen sobre el periodismo al que estábamos
acostumbrados son diversas. Van desde el imparable e impredecible desarrollo de
Internet y el estallido de las redes sociales, a las dificultades de sostener
empresas que tienen cada vez más escollos para “fidelizar” clientes (lectores,
oyentes o televidentes) y sostener estructuras que tardan en reaccionar y son
costosas. Es decir que se les hace cada vez más complicado alcanzar cierta
estabilidad y proyección económica.
Esta realidad en constante evolución no deja de ser
inquietante y a la vez abre nuevas perspectivas para un oficio que debe
adaptarse a cada nuevo escenario como si fuera a durar décadas, cuando a veces
lo nuevo perdura tan solo meses.
Hoy la velocidad, instantaneidad y brevedad son el
imperativo para la labor del periodista, que se mide en clics y se esfuma en
cuestión de horas y a veces minutos. Allí están las tapas de los diarios (la
fuente desde donde se dispara la agenda informativa de cada día) que con
frecuencia quedan desactualizadas a las 9,00, cuando no antes.
Entonces cómo hacer frente a semejantes desafíos que
desde lo macro desestabiliza a la empresa periodística y desde lo micro pone en
cuestión la tarea y función del periodista. La respuesta es una incógnita y
nadie hasta ahora la llega a vislumbrar, más allá de ciertos “gurúes” que solo
atinan a especular con el futuro.
Sin embargo lo básico no debería cambiar porque de lo
contrario estaríamos asistiendo a la muerte del periodismo. Me refiero a la
necesidad de contar con periodistas para hacer periodismo; o dicho en otras
palabras de tener profesionales informados, con capacidad para hallar lo
importante entre el bombardeo de hechos, datos, dichos y “primicias”, con
aptitud para explicar lo que parece difícil, y con la capacidad de contar
grandes o pequeñas historias con precisión y, por qué no, con cierto vuelo
literario. Profesionales que además puedan hacer gala de su honestidad
intelectual y un rigor profesional que les impida ser manipulados o pisar el
palito de la manipulación, circunstancias a las que están o estarán expuestos.
* Licenciado
en Comunicación Social. Fue director de Prensa de la Gobernación provincial,
director de prensa de Dirección General de Cultura y Educación, Gerente de
Prensa del Ente del Conurbano Bonaerense, vicepresidente de la Agencia Télam.
Director periodístico del sitio DsD Bonaerense.

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