Un día como hoy, pero hace
200 años, nuestro país se declaraba independiente en el conocido Congreso de
Tucumán. Pero… ¿qué representó este hecho en la historia? En el Bicentenario de
la Independencia, recordamos el camino a la independencia, ponemos en discusión
su concepto y abrimos la jugada para pensar hoy que significa ser
independientes.
Foto: Adriana Borovinsky
Por Facundo Benítez Piloni(*)
Por una parte, se puede decir que fue en esta fecha donde se puso punto
final a aquel proceso iniciado con la Revolución de Mayo de 1810, sin embargo,
declararse independientes de una potencia, como lo era España, no se hace de un
día para el otro. Luego de aquel 9 de Julio, fue necesaria una real
construcción de la “Nación Argentina”, es decir, una comunidad imaginada y
asentada en la mente y en el corazón de sus integrantes. El proyecto de Nación
era indispensable para comenzar a pensar un Estado. En este sentido,
preguntarnos como fue ese proceso y como ha sido el camino en estos 200 años
adquiere un papel fundamental para reflexionar sobre lo que fuimos, somos y
queremos ser.
En los últimos días, desde
los diferentes aparatos de propaganda del Gobierno Nacional, ha salido un
spot publicitario que difundía un contenido erróneo: se enfatizaba que el 9 de
Julio “había nacido la nación”. Desde un punto de vista histórico, es evidente
que la Nación Argentina no nació con una firma de diferentes
diputados reunidos en el Congreso de Tucumán. Difundir y hacer masivo este
tipo de contenido, significa minimizar todo el proceso de construcción del
Estado y de la Nación Argentina, pero peor aún, significa también desvalorizar
el camino lleno de luchas que han caracterizado estos 200 años. El proceso de
construcción de la Nación no fue tarea sencilla, desde 1816 hasta 1880 se han
modificado constantemente los modelos de identidad propuestos para el ideal de
argentino… ¿Qué significaba “el ser argentino”?
A partir de 1880, con la
progresiva consolidación del Estado Argentino, la escuela pública fue el
instrumento estratégico para llevar a todo el país ese modelo de
identidad nacional. Sin embargo, esa identidad era una una identidad
estática y vinculada a ciertos elementos objetivos: un himno, un escudo, una
bandera, los próceres, la historia. Más allá de todos los acontecimientos
ocurridos en nuestra historia y aunque resulte más que interesante analizar y
ver este proceso de construcción de identidad nacional, hoy nos aboca una
reflexión acerca de la independencia. De esta forma, sin lugar a dudas, la idea
de identidad va de la mano y tiene un rol preponderante al pensar que significa
ser independientes.
En los diccionarios, se
define INDEPENDENCIA como el “gobierno propio de un pueblo o nación en
oposición al gobierno impuesto por otro pueblo o nación”, es esta una
definición histórica y que la mejor encuadra el acontecimiento de aquel 9 de
Julio en el Congreso de Tucumán. Si bien el “gobierno propio” ya venía de 1810,
la la Declaración de la Independencia Argentina significó, como dijimos, la
separación formal de la corona española.
Sin embargo, existe otra
definición de INDEPENDENCIA que me resulta más apropiada y estratégica para
pensarla en un día como hoy. Al definir independencia como la “capacidad para
elegir y actuar con libertad y sin depender de un mando o autoridad extraña”,
podemos afirmar que el proceso de independencia es complejo y su camino es
largo. No debemos ver la “independencia” como algo fijo, permanente o
inmutable, a la concepción de independencia se la debe re definir todo el
tiempo y verla desde un enfoque dinámico y multidimensional.
Bajo esta perspectiva,
elegir y actuar en libertad se configuran valores más que importantes para la
construcción del país que queremos y que soñamos. A la definición de
independencia hay que trasladarla a todos los ámbitos, el pensar “ser
independientes” es una variable que guía y condiciona no solo el desarrollo y
el porvenir del país, sino también el de nuestra cultura y sociedad. En este
sentido, no fue hace mucho que se desató en nuestro país la polémica sobre los
conocidos “fondos buitres” o sobre la estatización de YPF, la cual fue vendida
de un día para el otro como muchas de las empresas estatales en los noventa.
Estos dos casos, como muchos otros más, nos permiten pensar la importancia de
una independencia económica, de una producción y un crecimiento desde lo
nuestro, desde nuestros recursos, desde nuestro suelo argentino. Vivir en un
mundo globalizado no significa tratar de hipotecar o vender los intereses del
país al mundo, por muchos siglos fuimos saqueados, explotados y robados por
potencias y luego capitales extranjeros, pensar en independencia económica se
configura así en un motor imprescindible.
Educación por una educación publica, gratuita y de calidad, que
llegue a todo el país, pero por sobre todo que sea accesible e inclusiva a
todos. Hace unos días, una nota periodística en el Diario Clarín, que se
titulaba “publicas vs privadas”, ponía nuevamente en discusión el rol y la
importancia de la educación pública Argentina, en un intento de desprestigiarla
y desvalorizarla. El compromiso está ahí, en defender lo nuestro, en defender a
nuestros docentes, a nuestros investigadores, científicos, a todos aquellos que
se levantan todos los días para construir una escuela de puertas abiertas
para todos. Culturalmente, el camino es también fundamental. Ser independientes
culturalmente significa valorar nuestra historia, nuestros antepasados y
comenzar a dibujar a puño y letra el presente desde nuestra realidad, desde
nuestros intereses y sentimientos como argentinos.
La invitación está hecha.
En este Bicentenario, pongamos en discusión qué significa ser independientes,
es un paso fundamental para comenzar a defender y a luchar por una mayor
independencia en cada uno de nuestros lugares cotidianos. Los argentinos
tenemos mucho para dar, para aportar y para construir y en este sentido, la
participación ciudadana, es un eje primordial. Hoy como jóvenes tenemos la
oportunidad de tener un diario digital como “Tu Voz” , una herramienta no solo
para informar sino también para canalizar y hacer escuchar las distintas voces
de todos los sectores de nuestra sociedad. Esto también es construir
independencia. Frente a grandes medios de comunicación, el derecho a informar e
investigar desde lo “independiente” se pierde cada vez más, defender la
independencia en el periodismo y sobre en el derecho de ser informados es
un factor clave.
Soberanía, identidad,
libertad, industria, trabajo , inclusión, justicia, equidad. Valores que
marcaron el camino en estos doscientos años de historia. Hoy se abre el tercer
centenario de la independencia, y el compromiso es de todos. Que este
bicentenario nos impulse a seguir construyendo nuestro país, a involucrarnos y
a participar por el bien común, siempre defendiendo la independencia y nuestra
identidad como argentinos. Para
comenzar a transitar el nuevo camino, es necesario ver el pasado, analizar
nuestra historia, ver en que nos equivocamos y en que no, interpretar cada
lucha y cada conquista. ¿Qué significa ser independientes? La respuesta a esta
pregunta, la escribimos todos los días, todos nosotros. Pero para eso, hace
falta que participemos, que nos involucremos y que no seamos simples
espectadores.
A todos ¡Feliz Bicentenario
de la Independencia!
(*) Joven de 18 años, representante Parlasur por provincia de Corrientes. , Integrante del diario www.tuvoz.com.ar de la ciudad de Monte Caseros, el cual concedió la nota.
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