Se estrenó “Su realidad”, nueva película de Mariano
Galperín en la que se retrata, con mística por doquier, una gira del inefable
integrante de Los Abuelos de La Nada
Por Federico Pazos
Pensada sobre la traducción
vernácula y linyera de aquél movimiento que en los años 30 encabezaron artistas
como Dalí o Buñuel. Que el protagonista de la cinta no sea otro que Daniel
Melingo dota de justicia al hecho artístico.
Es que Melingo –una
especie de outsider del rock argentino por decisión propia- formó parte de lo
más granado de la cultura argentina de la agitada década del 80: integró Los Abuelos de la Nada (¿te suena Chalaman?);
fundó Los Twist junto a Pipo Cipolatti (experiencia que estamos entendiendo
recién ahora); y estuvo en la banda
del maestro García en la época de Piano Bar. En los 90 participó de la movida
madrileña y en la actualidad es uno de los más genuinos tangueros de la escena
(algunos de sus discos, como Corazón y hueso o Linyera así lo confirman).
El registro fílmico
saludablemente inclasificable persigue a Melingo en una gira que tiene magia y misterio, es a la vez cosmopolita y de
arbitraria, sin ahorrar en conflictos con una progre policía parisina, reuniones
cumbre que van a nutrir el archivo de nuestro rock con momentos memorables
(aparecen Calamaro, Jaime Torres y Miguel Zavaleta) y situaciones unívocamente
sensoriales.
En blanco y negro, con una fotografía
impecable, la película nos muestra los paisajes citadinos de las grandes
capitales europeas bajo la omnipresencia nostalgiosa de nuestra capital
(“Buenos Aires sigue flotando”, le comentan por postal a Melingo), en forma de
expresiones del lenguaje o de tótems de nuestra cultural (no tendrá desperdicio
la versión de La Marcha Peronista, con la letra de “Canción para mi muerte” de
Sui Generis).
Un poco
rockumental, un poco registro de gira, esta película vale por sus personajes y
por proponer una experiencia diferente a los cánones esperados del panorama
cinematográfico local.
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