Desde Tegucigalpa, capital de Honduras, la comunicadora Gabriela Nuñez informa sobre la situación universitaria en ese país. Inversión pública, privada y las desigualdades en los accesos, donde sólo el uno por ciento de la población tiene posibilidades de acceder al sistema.
La UNAH fue creada en 1847
El
sistema educativo en Honduras desde sus
inicios permanece en constante transformación, con buenos y malos resultados,
actualmente limitados por una serie de factores que impiden su
funcionamiento eficaz, entre ellos: recursos disponibles; acceso a la educación
pública; desempeño escolar; región y la falta de equidad, donde el principal
factor de desigualdad es el nivel socioeconómico de la población estudiantil.
El
país cuenta con alrededor de ocho millones de habitantes, de esta cantidad, sólo
el uno por ciento está incorporado en la educación
superior, ya sea en el sistema público o privado.
El
ingreso de un estudiante a un centro de educación superior incluye las etapas de
admisión, matrícula y registro de asignaturas acorde a los requisitos de cada
centro, los resultados actuales de estas pruebas indican la debilidad en el
área de matemáticas y español de la educación media, según
autoridades universitarias.
Al no alcanzar los 700 puntos mínimos para ingresar a la
Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) los estudiantes quedan fuera
de la educación superior pública. El mayor sector que no puede acceder a la UNAH proviene en su mayoría de la escuela pública y de regiones
económicamente postergadas, según registros de ese ente autónomo.
Todo lo
contrario sucede con los estudiantes de las escuelas privadas bilingües exclusivas
para un grupo económico privilegiado, los que tienen garantizado su ingreso a
la universidad autónoma a carreras como medicina, de la que están excluidos los
estudiantes de colegios públicos por no contar con los conocimientos necesarios
en biología, química y matemáticas, según estudios.
Las desigualdades en educación entre regiones urbanas y rurales
también se expresan en los resultados de rendimiento académico que los estudiantes
alcanzan, el contenido continúa siendo el mismo pero cambia la metodología y
los recursos psico-pedagógicos suelen ser escasos, esto puede considerarse como
otro factor de inequidad de los procesos educativos entre ambas áreas.
La educación hondureña presenta cien años de
retraso en comparación con otras naciones centroamericanas, atribuido a los
altos índices de corrupción del gobierno, el atropello a los salarios
y el estatuto del docente, las múltiples huelgas magisteriales y estudiantiles
anteriores al 2010.
Actualmente se cumplen los 200 días de clase, pero estos no son garantía del desarrollo académico óptimo; para lograr esa eficiencia se debe reformar y mejorar urgentemente el sistema. Aunque no siempre es escuchada la voz de la sociedad para la planificación de dichas reformas.
Acceso desigual y relación con el financiamiento
Sin duda uno de los grandes retos de la educación superior en
Honduras es la evaluación del personal administrativo, docente y estudiantil,
tomando en cuenta claramente la mejora a los contenidos y las metodologías, la
incorporación de las tecnologías de la Información y la comunicación, mejoras
en el sistema de bibliotecas.
En la línea de lo planteado, la
rectora de la UNAH Julieta Castellanos, en una ocasión dijo que “hay
personas con poder político
y económico interesadas en destruir la educación superior pública que están
detrás de la iniciativa para dar autonomía a las universidades privadas, para
luego exigir parte del Presupuesto General
de la República”.
En diversas universidades extranjeras no se reconocen los grados
académicos extendidos por la mayoría de las universidades privadas hondureñas,
debido a que sus egresados no cuentan con el nivel de competencia que la
carrera de la cual se han graduado exige, y aun así proveer de autonomía a
estas entidades es latente.
Pero no sólo el rendimiento académico entre el sector público y
privado educativo superior, es relevante. También en el acceso a la tecnología
por parte de los estudiantes y docentes de la universidad pública es
desigual en comparación con las universidades privadas las que invierten
grandes cantidades de recursos en tecnología.
Hay
que tener claridad de que la educación es una inversión y el Estado destina el
6 por ciento del presupuesto General de Ingresos y egresos del país a la UNAH, que
en 2014 correspondió a 11 mil millones de lempiras para este ente educativo.
Anualmente la UNAH invierte por
estudiante aproximadamente 20 mil lempiras, lo que representa en cinco años 100
mil lempiras por estudiante y la mayoría no tiene conocimiento de cuanto se
invierte en su educación.
Mientras
el método siga siendo el mismo, sin mejoras, sin ser adaptado a los cambios
sociales, avances tecnológicos y de investigación, mientras el Estado y
autoridades educativas continúen invirtiendo en asuntos particulares y no en la
educación hondureña, el sistema ira en decrecimiento y por lo tanto Honduras
seguirá siendo un país subdesarrollado y sin educación.
Publicar un comentario