En su octava convocatoria, ayer se desarrolló el festival
de URM por la estación Darío y Maxi (ex estación Avellaneda). El buen clima acompañó durante toda la
jornada, donde también muchos aprovecharon para festejar el día del amigo.
Por Marianne Kunst
En esta ocasión, se
pudo apreciar la cantidad de público metalero y gente que dejaban pasar trenes
para escuchar y mirar a las bandas desde
el andén de la estación. Con esta
particularidad, de una gran diversidad de los presentes se agregó también, la mejora del mural de Maxi y Darío por parte
de chicas del Partido Obrero, que sin problema compartieron el espacio para que
todos puedan disfrutar de la música y del arte.
Con precios populares
y una entrada económica, se logró recaudar para que se siga haciendo este tipo de
festivales, que consiste en que todas las bandas toquen gratis. Hace muchos años que grupos de
músicos, radios y centros culturales, luchan para enfrentar un negocio muy
fuerte; comentó Mariano, unos de los
músicos de La Maldad: “Tanto las
discográficas, los productores y los empresarios obtienen grandes ganancias,
mientras que las bandas que no tienen el dinero suficiente, quedan excluidos
del mercado”, agregó.
Un mensaje que se
viene dando en cada fecha es la lucha: “la causa es más que justa, mientras
muchos abonan casi dos mil pesos por una entrada a un espectáculo
internacional, con ese mismo dinero las personas tienen el año completo durante
todos los fines de semana, con comida y
bebidas incluidas, apoyando a las bandas under´s del metal”, comentó Adriana, una espectadora.
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