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Moira Carrequiriborde, profesora de Historia, ex concejal y asesora sobre de Violencia Institucional de la Defensoría del Pueblo de La Plata, reflexionó acerca de la solidaridad, la campaña de donaciones por Malvinas que no llegaron, las similitudes y diferencias con la movida solidaria cuando la inundación golpeó dicha ciudad en abril de 2013, en la que los primeros dos días el Estado estuvo ausente y Defensa Civil fue un sello de goma

"La colecta por Malvinas fue un enorme fraude nacional, un plan orquestado por la dictadura para mantener a la sociedad en vilo y unificada en torno de un enemigo externo, como históricamente eran los ingleses"

Por Emanuel Groh


Antes de poner en marcha esta especie de máquina imaginaria del tiempo, y al pensar en la solidaridad, nuestra interlocutora puso en palabras la definición de la misma como el apoyo incondicional a causas ajenas, sobre todo ante situaciones difíciles o de emergencia.
Si bien, podemos hablar de la solidaridad desde distintas miradas y conceptualizarla de acuerdo a la lente desde la que se la mire, ésta es, en palabras de Moira Carriquiriborde, la definición más común que todos de una manera u otra entendemos.

En 1982, nuestra profesora y guía de este recorrido, era una niña de 13 años que cursaba el primer año de un colegio secundario de la ciudad de las diagonales y las calles numeradas. Marzo se iría con una manifestación masiva en contra del gobierno militar que iba perdiendo año a año.

Pero abril llegó, y con el nuevo mes la novedad de que los argentinos íbamos a recuperar Malvinas, la adición fue mayoritaria, pero en casa de Moira, las ideas eran otras. Con una familia de militantes, existía una profunda posición anti belicista, razón por la cual, ella se diferenció de sus compañeros de escuela, y todos quienes participaron de la algarabía provocada por los gobernantes que prometían recuperar nuestras islas apelando por un lado a un sentir nacionalista, y llamativamente también, a un tibio anti imperialismo.

Antes de que en los programas masivos de televisión hubiese estas campañas, en los colegios se daban charlas temáticas sobre el apoyo a los combatientes, a los militares, y convocando a una especie de caridad. En esos años tenía mucho éxito la colecta más por menos de Cáritas y en su cabeza con 13 años quedaba muy pegada la idea de solidaridad con la de caridad.

"Recuerdo que la apelación era a solidarizarse con los pobres chicos que estaban en las islas a los que había que acompañar con cartas", comentó Carrequiriborde. En el colegio les pedían chocolates, como los Noel, a los que se les despegaba el envoltorio, se les añadía una de las cartas que los chicos habían escrito y luego se volvían a cerrar. Las donaciones de los alumnos eran juntadas por la iglesia, y supuestamente llevadas a los soldados, cosa que hoy sabemos no ocurrió.

En la televisión, la campaña se hacía en los distintos programas como los musicales de los sábados,  también hubo una edición especial que se llamó 24 horas por Malvinas, y fue conducida por  los conductores del momento, Pinky, y Cacho Fontana, en dichas emisiones se apelaba a la solidaridad del pueblo para el fondo patriótico de Malvinas, mucha gente, incluso del medio televisivo, donaba alhajas y y dinero, había alcancías, como por ejemplo la que estaba en Corrientes  y Esmeralda o en las puertas del estadio Luna Park que recibían los aportes de los argentinos para los soldados.

“Fue raro, porque en otros países la gente donaba para un fondo de guerra, no pensando en pobrecitos los soldaditos que van a combatir en el frío", aseguró nuestra entrevistada: “ésta cruzada fue un hito que marcó un antes y un después en la cadena solidaria ante un hecho emergente”.

"Yo creo   que se trató de un enorme fraude nacional, de un plan orquestado por la dictadura para mantener a la sociedad en vilo y unificada en torno de un enemigo externo como históricamente eran los ingleses, sin embargo, esta movida fue un hito y marcó un antes y un después porque fue la primera en ser televisada, y cuyo formato podemos ver hasta el día de hoy en los programas que se realizan para recaudar fondos para una determinada causa como Un sol para los chicos", opinó la ex edil platense.

Inundación y tragedia en La Plata

Entramos en la segunda parte de nuestro recorrido que nos remite a un hecho más cercano en el tiempo, con un gobierno democrático y protagonizado en este caso no por un conflicto armado, sino por un hecho que tuvo que ver con la inclemencia del tiempo y una ciudad que no estaba preparada para actuar organizadamente ante una catástrofe de la magnitud de la inundación que sufrió La Plata los días 2 y 3 de abril de 2013.

La fecha fue la misma, pero la causa totalmente distinta, la historiadora recuerda muy bien lo sucedido. La inundación, en cambio, estaba ahí, en su propio barrio, su propia ciudad, una catástrofe vivida en carne propia que aunque afortunadamente el hogar de Moira Carriquiriborde no se inundó por encontrarse en una zona un poco más alta como el barrio La Loma, aunque sufrió como todos los habitantes de la capital bonaerense.

Ese 2 de abril comenzó en La Plata con el acto de Malvinas en el portón del ex Regimiento 7, uno de los grandes centros de reclutamiento en 1982. Después un acto y un almuerzo en el centro de ex combatientes. "Ese día llovió como nunca, veníamos de un fin de semana súper largo porque salíamos de Semana Santa, después de un calor tremendo se largó una tormenta tipo tropical", recordó la profesora.

“Tengo presentes los sonidos de la inundación, el ruido de la lluvia que cae, el agua corriendo por las calles como si de un río se tratase, las alarmas de los autos que eran arrastrados, las sirenas de los bomberos, y lo más desgarrador, los gritos lejanos que se oían pidiendo ayuda, como si una especie de viento que no está los trajera desde varias direcciones”, ilustró.

"Esos dos días el estado estuvo ausente" afirmó Carrequiriborde.  "El intendente estaba en Brasil, la ciudad quedó acéfala porque no había quien tomara decisiones, para colmo no había un plan de contingencia, es más todavía no lo hay". "Los vecinos se rescataban solos, Defensa Civil era un sello de goma", repite la historiadora en varias oportunidades.

“A la noche no tenía luz, solo recibía noticias de lo que estaba pasando por twitter, al otro día lo primero que hizo fue ir a comprar algunos alimentos, pilas para la interna y la radio, luego buscó saber cómo estaba su familia, y cuando atravesó las cuadras que separaban mi casa de la de mis padres, encontré un panorama desolador”.

"En este caso la solidaridad fue espontánea, venían camiones de otros municipios que ayudaron a limpiar la ciudad, y gente que traía de todo, fue algo impresionante, sinceramente yo miraba la situación y todo lo que había pasado, pero sin poder abarcarla, fue algo indescriptible.

La Defensoría del Pueblo, fue uno de los centros en los que se recibían las donaciones que luego se clasificaban para su posterior distribución, sabemos que esta vez las cosas llegaron, no como en la campaña de Malvinas, la solidaridad fue espontánea, pero según Moira Carriquiriborde, una de las similitudes, además de la misma fecha, fue la solidaridad de los argentinos, el haberse transmitido por televisión durante horas: fue que como en la guerra, el estado también intentó tapar la cantidad de muertos.

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