Así se refirió la escritora Mori Ponsowy, sobre su último libro, titulado “Busco un amigo”
donde reflexiona sobre la soledad en este período de hiperconectividad que
atraviesa la Humanidad.
Por Marcelo Chapay
Una
mujer soltera, decide publicar un aviso en el diario del domingo para encontrar
a un amigo, en un intento por eludir los obstáculos que le permitan sostener una relación afectiva. Así comienza
el libro “Busco un amigo”, de Mori
Ponsowy, autora de Enemigos Afuera,
con el que ganó el Primer Premio Nacional Iniciación de la Secretaría de
Cultura de la Nación, y una Mención de Honor del Fondo Nacional de las Artes.
A su
vez la autora, con su primera novela, Los colores de Inmaculada, ganó el
Premio de Novela de la Diputación de Cáceres.
Al
ser consultada sobre la reflexión que genera la soledad en este período de
hiperconectividad, tan plasmada en su obra Busco un amigo, la Licenciada en
Filosofía, Magister en Ciencias Políticas y en Escritura Creativa manifestó: “suelo
pensar en las aldeas de los hombres primitivos. O, sin ir tan lejos, en la vida
de la gente en los pueblos hasta hace unas décadas, antes de Internet. Y
comparando la aldea, el pueblo y las grandes ciudades, me da la impresión de
que en estas vivimos de una manera artificial, ajena a nuestra propia
naturaleza.”
“Resulta
que ahora en Buenos Aires existen casi tantas personas viviendo solas como
personas que viven en familia. Solos y solas en departamentos, los ojos fijos
en una pantalla, sin contacto real, profundo y humano, como cuando en los
pueblos, por las tardes, todos sacan las sillas a las puertas de las casas y
esperan a que pasen los vecinos para ponerse a conversar, “ ilustró.
Ponsowy,
después de vivir en Perú, Venezuela y Estados Unidos, actualmente trabaja en
Buenos Aires como editora free-lance y periodista de opinión. Ante la consulta por el rol del oficio expresó que “el amor por la lectura es, creo, la
primera razón por la que empecé a escribir. A eso le sumo el deseo de entender
el mundo, de poner orden ahí donde no existe, de expresar emociones y conmover
a otro, de comunicarse desde un lugar muy íntimo con personas desconocidas pero
que pueden ser más afines a nosotros que quienes tenemos cerca.”
Motivación y premios
“Me
siento cómoda o incómoda en todas las veredas, según el día, la hora, y la
disposición del viento. A veces creo que ni siquiera podré escribir
correctamente un correo electrónico”, explicó la autora de los libros No somosperfectas y Mujeres, políticas y argentinas. Luego, agregó: “A veces, no tengo
palabras. Y, en otras ocasiones, sólo hay palabras para un artículo de opinión,
o para un verso. Nada de eso depende de mí. Sucede y no queda más alternativa
que entregarse a ello e intentar no protestar demasiado.”
“Los premios y el reconocimiento de nuestros
pares son el equivalente al título de ‘escritor’. Es enorme la cantidad de
personas que escriben, pero no estoy segura si eso los convierte en escritores.
En las Universidades te dan título de dentista, ingeniero o arquitecto, pero
nadie te dice, ‘a partir de hoy, eres escritor’. Todo esto hace que uno se
pregunte y nunca esté del todo seguro de la calidad de su propia obra. ¿Seré o
no seré una escritora, de las de verdad? Los premios ayudan a calmar un poco la
angustia que provoca esta pregunta.”
En
el cierre de la charla con Mori Ponsowy, confirmó para COEMU Digital que está
trabajando en una nueva novela, pero que no pertenece al grupo de escritores
que pueden escribir un libro en un año o en dos. “¡Espero que algún día eso
cambie! Supongo que, con mucho viento en popa, dentro de tres o cuatro años, la
nueva novela estará lista.”, concluyó.
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