¿Cultura como
mercadería o como derecho humano? La empresa que comercializa libros,
ya hace siete décadas en el país, fue el horizonte de ganancias para los
emprendedores del continente europeo que estaba en pleno estallido bélico y
prohibía publicaciones.
Por Florencia Fico
El surgimiento de la Editorial Sudamericana
se dio en 1939 en pleno periodo histórico de finalización de la Guerra Civil y
el inicio de la Segunda Guerra Mundial. Los problemas se gestaron debido a la
los derechos en materia de propiedad intelectual, con manifestaciones y
diligencias legales por copias no permitidas. Este ítem se vuelve actual y
sigue perjudicando a autores y editoriales ya que la moda del fotocopiado de
documentos completos, subsiste.
En cuanto a los protagonistas fundadores de
la idea de conformar el espacio estuvieron
Antonio López Llausás - un supuesto refugiado catalán quien residía en
Francia –, el poeta Oliverio Girondo y la escritora argentina Victoria Ocampo, quien buscaba la figura de un
experto que direccionara las riendas de la editorial.
El enfoque que tenía López Llausás y que
trasladó a la empresa estaba en sintonía con la prohibición de publicar en su
propio país, sin embargo, eso lo llevó a instalarse mucho antes de la Guerra
Civil y desplegar su talento con obras como la del poeta Rafael
Alberti, “aquel
nuevo editor, lleno de genio e iniciativa”.
El
tentáculo alemán y su socio español
En la actualidad el manejo de la empresa
quedó en manos del grupo que conformó
Random House Mondadori, quién consiguió a los sellos editoriales de Plaza&
Janés, Grijalbo, Mondadori, Debate, De Bolsillo, Lumen, Beascona y Montena,
todos ellos mantienen de una u otra forma lazos con España desde sus raíces
fundacionales o mediante negociados para establecerse en Latinoamérica.
Random House Mondadori es considerada como el
mayor grupo editorial del mundo, asimismo tiene su origen en Alemania como
Bertelsmann SE & Co. KGaA, empresa líder en las organizaciones de
medios de comunicación. Actúa en el España hace cinco décadas, como el primer
emporio que se ejecutó fuera de los limites alemanes.
La razón que fundamentó la cesión se tuvo que
ver con la urgencia de instalarse en
Internet y obtener el sitio web que le brindaba una cartilla de clientes más
accesible.
Según el editor español Constantino Bértolo,
el brote de internet tocó a las editoriales tradicionales que conservaban el
monopolio de las preferencias de textos. A su vez manipulaban en ocasiones qué
libros privados de redactores cómodos que avalados por la condición de
publicación se atribuían el mote de literarios. “Internet ha permitido que ahora los textos
privados se hagan públicos a través de la red sin que se requiera la
homologación de una editorial”, decía Bértolo en una entrevista para la agencia
de noticias Télam.
Constantino muestra el carácter transformador
que tiene el mundo de la editorial que significa “hacer público” un texto a
través de mecanismos como el de subvención en suplementos culturales o revistas
literarias, por medio del marketing editorial. Lo que lleva a un desafío la
instauración de la red con su ida y vuelta que provoca valoraciones
distintas.
Sudamericana, el atlas que sobrevive en Argentina
Sudamericana
y su relación con el Estado tienen larga data, esto sucedió, cuando los
mapas que se publicaron en el libro
Nueva Historia Argentina se tomaron como ejemplo y además se divulgaron como
material de consulta en las escuelas con el apoyo del Ministerio de Educación
de la Nación Argentina.
Aquellos cartogramas significaban la
inclusión de la isla de Chiloé como fin de la extensión aceptada dentro del
Virreinato del Río de La Plata, hecho que significó el reconocimiento del
territorio que había quitado Chile a Argentina.
De otra manera Sudamericana fue el sostén
para muchos españoles exiliados para embarcarse en oficios ligados al universo
de los libros que según la percepción del diario La Nación se evidenció con los
productos periodísticos y novelísticos.
En Argentina resultó ser un camino no allanado y así comenzó su
ejercicio como traductores, correctores,
ilustradores y demás rubros pertinentes al tema.
Influencias
de la Guerra Civil Española: el almacén del comercio
El hito que desplazó a España, como la meca
del negocio editorial fue cuando, Argentina; en plena finalización de la Guerra Civil Española; la nación
argentina se volvió en lugar de amparo tras surgir el irrevocable derecho de
asilo europeo a pesar de sufrir intimidaciones y ataques en la propia embajada
argentina en Madrid. Además, se transformó en el primer escalón en el mercado
de la edición de libros en castellano e importante abastecedor en
Hispanoamérica.
En tanto a las transacciones ocasionadas
mediante el éxito patrimonial que ascendía y la suba en las oferta,
posicionaron a la empresa en condiciones óptimas para obtener negocios pequeños
como la Librería del Colegio, bien que pertenecía a la suma accionaria de los
hermanos Cabaut.
Sudamericana ofició de nexo en la Primera
Feria del Libro en Buenos Aires en 1943 al ser destacada dentro de la corriente
de contribuciones hechas por los españoles exiliados y su denuncia de censura
en pos de liberar las tensiones existentes entre España y América.
Para finalizar el fruto de la alianza con el
conglomerado editorial de Random House Mondadori ha desgastado el impulso
inicial de Sudamericana por fomentar la publicación de autores argentinos como
en un principio con libros como El niño Dios - del dramaturgo argentino
Leopoldo Marechal – y Geografía argentina redactada por la activista María Rosa
Oliver.
Ahora la editorial se encarga de obras
consagradas y/o de mejor redito como las novelas de la escritora chilena Isabel
Allende y El Código Da Vinci del narrador estadounidense Dan Brown.
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