En conmemoración de la semana del Refugiado, COEMU analiza la actual
crisis mundial y sus consecuencias
Cada 113 personas que habitan
el mundo existe un desplazado
Por Adriel Torre Martínez y Fernanda Díaz
El 4 de diciembre del año 2000 se determinó en la Asamblea General
de las Naciones Unidas que a partir del 2001 el 20 de junio sea "el Día
Mundial de los Refugiados", 15 años después el número de personas en esta
situación llegó al histórico record de 65.3 millones en 2015 y superó al del
inicio de la Segunda
Guerra Mundial.
La razón de seleccionar como día conmemorativo al 20 de junio se debe a
la decisión de la ONU
a inicios de siglo de expresar la solidaridad con el continente africano,
territorio de destino de la mayoría de los refugiados del planeta, haciendo
coincidir la fecha con la celebración del aniversario de la Convención sobre el
Estatuto de los Refugiados de 1951.
Los refugiados son personas desplazadas por las guerras, la violencia,
la persecución y las violaciones a los derechos humanos en sus países de
origen, según el informe publicado este lunes por el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados
(ACNUR) el fenómeno alcanzó desde el año pasado cifras sin precedentes, ya que
en cinco años aumentó un 50% el número
de refugiados en el mundo.
Si bien la tasa de aumento se ha ralentizado comparado a los dos años
anteriores, la cifra actual es "la más alta desde el inicio de la Segunda Guerra
Mundial", lo que produce la existencia de una crisis mundial, por la
cantidad de personas que escapan de sus hogares en busca de un destino digno de
vida lejos de los conflictos bélicos y humanos que están aconteciendo en el
mundo.
Cada 113 personas que habitan
el mundo existe un desplazado
Según la
Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) en 2015 los
tres países productores de refugiados fueron Siria (5.8 millones), Ucrania (3.7
millones) y Palestina (900 mil). Mientras que Turquía fue el gran receptor de
los migrantes sirios y palestinos, el 40
%se concentra en Europa occidental o África Subsahariana, mientras el 90 % de los ucranianos se refugian en
Rusia y Bielorrusia.
En este contexto, el acuerdo entre la Unión Europea y
Turquía firmado en abril de este año, donde establece poner freno al arribo de
desplazados que llegan a través del Mediterráneo, especialmente desde Italia o
Grecia, para luego continuar su viaje a pie hacia las principales ciudades
europeas, no frena la avalancha de refugiados sino que empeora sus condiciones.
El pacto establece la detención de inmigrantes en campos de refugiados
cerrados –más parecidos a centros de detención inhumanos por las condiciones de
limpieza, seguridad y alimenticias-
para luego ser transferidos de forma forzada hacia Turquía, a cambio ese
país obtiene el destrabe de las negociaciones para su ingreso a la Unión Europea (UE)
como objetivo a largo plazo y la inmediata eliminación del requerimiento de visados de la UE para los ciudadanos turcos.
La decisión liderada por la mandataria alemana, Angela Merkel, fue
duramente criticada por ONG´s internacionales como Amnistía Internacional (AI)
o Médicos Sin Fronteras (MSF), en ese sentido, Joan Tubau, director general de
MSF afirmó que el acuerdo “supone una renuncia legal política y moral a la
obligación de la UE
de garantizar las demandas de asilo de una manera fácil y segura para la gente
que huye de la violencia y la guerra”.
“El acuerdo puede convertirse en un precedente peligroso que no sólo se
reproduzca en lugares como Turquía sino en lugares todavía más peligrosos para
los migrantes y refugiados como Libia, por todo esto Médicos Sin Frontera
anuncia que renunciamos de manera inmediata a todos los fondos de la UE y de sus Estados miembros en
todos nuestros proyectos a lo largo del mundo” declaró enfático Tubau.
Por su parte, Amnistía Internacional denunció que Turquía realiza “devoluciones forzadas a
gran escala” de sirios, los más afectados por la crisis de violencia que viven
desde el 2011, lo que representa según AI una clara violación al derecho
internacional, al europeo e incluso al turco. Sin embargo, el costo que
representa la acogida de cientos de refugiados en Europa tiene mayor peso que
la legislación internacional.
El acuerdo UE-Turquía también prevé una ayuda económica de 6 mil
millones de euros de aquí al 2018 para mantener en coto a los desplazados
sirios, unos 2.7 millones de personas, en su territorio y que no busquen
destino en Europa.
Pese al record de refugiados y la búsqueda de conciencia por parte de la
población mundial hacia los gobiernos, éstos han reforzado sus leyes
inmigratorias como en Austria y en los casos de Alemania, España y Francia de
las solicitudes de asilo político solamente fueron aprobadas 28.741 de un total
de 3.2 millones cifra que llega al 1% del total, lo que derriba el mito de las
políticas de asilo “abierta” de parte de los gobiernos europeos.
La abanderada de la supuesta política abierta de asilo es Angela Merkel,
quien recibió en 2015 1.1 millones de
solicitudes de asilo, lo que le valió las felicitaciones del presidente estadounidense,
Barack Obama, en su visita a Alemania en abril, y al mismo tiempo el rechazo
del candidato presidencial republicano Donald Trump (que quiere hacer un muro
en la frontera con Mexico) quien calificó de "loca" la postura de
Merkel frente a los refugiados.
Incluso ante lo irrisorio de las solicitudes aprobadas por Merkel esta política generó críticas del parlamento
Alemán y un creciente repunte en las encuestas del partido de derecha xenófobo
Alternativa para Alemania.
#EstamosJuntosConLosRefugiados
Ante lo preocupante de los hechos ; actores, actrices y celebridades de
todo el mundo, vinculadas a asociaciones
civiles por los derechos humanos, subieron un video peticionando firmas bajo el
hashtag: #EstamosJuntosConLosRefugiados;
en el cual participaron Ben Stiler, Scarlett Johansson, Cate Blanchett y el
argentino Osvaldo Laport entre otros 70 famosos.
Esto se elevará el 19 de septiembre 2016 en la Asamblea General
de la ONU en
Nueva York para exigir a los gobiernos que garanticen a todos los niños refugiados
el acceso a la educación, a todas las familias refugiadas un lugar seguro para
vivir, y a todos un trabajo o los
mecanismos para aprender nuevas competencias y contribuir positivamente a sus
comunidades.
La intención de conmemorar el Día Internacional del Refugiado obliga a
la comunidad internacional a continuar con el debate mundial sobre la crisis
actual y evidencia la inexistencia de una medida, incluso coyuntural, para que esto desaparezca al ser funcional a
un sistema que lo generaliza como algo natural, que continuará sucediendo, a
pesar de la magnitud de la tragedia a
nivel humano.

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