Gabriel Solari tiene 33 años y es un
músico independiente, que pasa sus días cantando en los recorridos del tren
Roca, en el sur del Gran Buenos Aires
Realiza
su trabajo entre las estaciones Témperley - Constitución, con temáticas comprometidas
Por Emanuel Rébora y Rocío Sorni
Comenzó
a cantar a partir de 2001, recién salido de la escuela secundaria, aunque tuvo
la influencia de su padre que cantaba tango y entre sus referentes musicales,
se encuentra Nino Bravo. Ya desde chico, Gabriel Solari cantaba arriba de las
canciones que iba escuchando en la radio, por lo que adquirió práctica además
de que se dio cuenta de que no tenía vergüenza a la hora de cantar en público.
A
los 15 años tuvo su primera guitarra. Para cantar, utiliza un amplificador con
una batería y con entrada para el micrófono.
Sus
comienzos en el tren se dieron cuando al pasar por un túnel escuchó cantar a
una persona que terminaría convirtiéndose en uno de los compañeros de la banda
que formarían después, que se llamó “El túnel”, como el lugar en donde se
conocieron.
Trabajó
un tiempo dentro del ministerio de Cultura de la Nación, pero decidió volver
a dedicarse a cantar en las formaciones férreas, donde es “su propio jefe” y
puede manejar sus horarios. “Me fui en una crisis para volver en otra, donde
todos se matan por un pedazo de pan”, dijo el artista, que siempre apuntó a
hacer canciones con letras sociales o con un significado que pudiera llegar a
las personas y hacerles tomar conciencia.
Realiza
su trabajo entre las estaciones Témperley - Constitución, y llega a hacer varias
idas y vueltas en un día. Canta en los horarios que no son los llamados
“hora-pico”, por las tardes.
“Existe
un puesto vacante dentro de la música, que es el de transmitir conciencia o
algo más profundo, que nadie esta queriendo tomar”, dice y además afirma que en
el mundo de la música es mucho más difícil encontrar un lugar, ya que de miles
que se dedican a estudiar, muy pocos “la pegan”.
Pero también dice que se puede
disponer de distintas maneras de “pegarla”: una es volverse reconocido y otra
es poder vivir de la música. “Si con pegarla nos referimos a poder vivir de lo
que a uno le gusta, entonces yo ya la pegué”, aseguró Solari.
Nueva
banda
Actualmente,
tiene otra banda con su propia sala de ensayo en Claypole, y están trabajando
para poder registrar el nombre además de que ensayan varias veces a la semana.
“Inevitablemente vamos a mejorar”, dice refiriéndose a la cantidad de ensayos
que realizan.
Con
las redes sociales es cuestión de autogestionarse, ya no se necesita tanto de
las discográficas como sí eran necesarias en 2001. El protagonista de esta
historia, tiene su página de facebook, llamada “Gabriel del tren”. También posee
su propio disco con canciones, que suele vender cuando canta en los recorridos
del tren.
El
cantautor cuenta que elige sus canciones (o los covers que hace de otros
artistas), según cómo ve a las personas que están viajando en ese momento: un
poco más lentas o tranquilas si la mayoría va durmiendo o un poco más arriba si
es en un horario donde todos suelen estar despiertos. Además ejecuta clásicos
que siempre le gustan a las personas.
También
explicó que los músicos de los medios de transporte se organizan para poder
mantener lo que hacen y tienen una credencial para poder ser reconocidos,
además de que muchos son monotributistas, con el propósito de para pagar su
jubilación futura.
Gabriel
Solari, que empezó cantando en el tren por necesidad en medio de la crisis, hoy
se dedica a la música como un medio de vida pero también como una elección, y trabaja
en los trenes con compromiso y dedicación.
Fuente: https://trenesdelsur.wordpress.com/
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