Visitamos la
primera Feria Soberana de productos orgánicos del año, organizada por la Facultad
de Ciencias Agrarias de la UNLZ y entrevistamos a Catriel Benavidez, uno de sus
organizadores
“La producción es libre de agroquímicos y tienen una planificación a mediano o largo plazo de transición a la agroecología"
Por Ailín Colombo
La primera Feria
Soberana del 2018, organizada por la Cátedra Libre de Agricultura Familiar y Soberanía
Alimenticia, de la facultad de
Ciencias Agrarias, fue realizada el pasado 19 de abril en la Plaza Libertad,
del partido bonaerense Lomas de Zamora, con la participación de alrededor de
diez productores orgánicos y microemprendedores del conurbano y el periurbano
de la provincia, así como también la de la presidencia del Centro de Estudiantes,
la agrupación estudiantil “Movimiento de Agronomía y Zootécnica” , de la cual
forma parte Catriel Benavidez, consejero académico de la facultad y estudiante,
a quien pudimos entrevistar para conocer los objetivos de este punto de
comercialización.
“La
finalidad que tiene (la feria) es conectar mano a mano a los productores con
los consumidores. Tiene como objetivo principal darle lugar a agricultores
familiares y a organizaciones de productores de todo el periurbano de
comercializar sus productos enfocados a lo que es un alimento sano, seguro, con
las características de la agricultura familiar, que en general es de pequeña
escala, lo que producen lo consumen y para el excedente que comercializan
muchas veces no encuentran lugar o el mercado les exige ciertos parámetros, por
lo tanto se da esta iniciativa”, remarcó Benavidez.
Todos los
terceros sábados de cada mes, desde el 2016, la feria se realiza en Laprida al
1200. Con anterioridad se hizo en el antiguo predio de la facultad de Ciencias
Agrarias de la Universidad de Lomas de Zamora, pero se decidió cambiarla de
lugar por lo aislado que se encontraba el edificio. Este año las persistentes lluvias complicaron su inicio debido a
que no cuentan con un lugar cerrado donde trasladarla los días de mal clima,
sin embargo, la organización busca alguna alternativa.
Los
productos que comercializan son miel, dulces, conservas, verduras, pollos,
huevos, quesos, plantines, semillas, legumbres, plantas ornamentales, frutos
secos, fertilizantes libres de químicos y también hay un grupo de artesanos
microemprendedores. Por lo general hay alrededor de 20 puestos, todos de la
agricultura familiar y, como resaltó Benavidez “su producción es libre de agroquímicos
y tienen una planificación a mediano o largo plazo de transición a la
agroecología, que consiste en empezar a diversificar la producción y a dejar de
tener tantos insumos externos”. Para ser
integrantes, los feriantes tienen que cumplir los requisitos de tener productos
propios, no de reventa y que los que venden alimentos realicen un curso de manipulación
de alimentos.
A la agricultura familiar y agroecológica no
se les permite ingresar a los puntos de comercialización tradicional, ya que
este tipo de mercados se maneja por lo visual, lo estético, a pesar de que,
como explicó el integrante de Mayz, “no se los reciben porque las verduras
tienen, por ejemplo comida alguna hoja o algo así, pero eso no tiene nada que
ver con la calidad nutricional u organoléptica,
ni con los olores, los sabores”. “La mayoría (de los feriantes)
comercializaron, por ejemplo, como lo
que le dicen “la culata del camión”, los camioneros van a buscar las verduras y
les pagan en el momento o después y el precio es muy bajo”. En la feria, en
cambio, se evitan los intermediarios, con lo cual se maximizan las ganancias.
En la
provincia la situación es “critica”, según cuenta Benavidez. El alimento para los animales “aumentó
mucho, es el 70% de los costos de la producción y si o si lo tienen que
transportar al precio”. Los hortícolas fueron afectados por los tarifazos, y, principalmente por el
aumento en la luz y los seguidos cortes del servicio debido a que los sistemas
de riego se manejan con electricidad. El clima tampoco es favorecedor, las
tormentas y las continuas lluvias de los últimos meses inundaron las cosechas y
“volaron invernaderos”.
La Cátedra Libre de Agricultura
Familiar y Soberanía Alimenticia en conjunto con otras instituciones dictaron
reuniones y talleres para informar a los agricultores de la zona y a los que
participan de la feria sobre las consecuencias de aplicar agroquímicos a ellos
mismos, a su familia y a los consumidores, así como las ventajas que tienen las
alternativas agroecológicas, “que tiene mala prensa porque dicen que no es
rentable, pero eso no es así y lo demuestran ellos trabajando”. Además fomentaron
la organización asociativa o cooperativista, de hecho la feria es asamblearia.
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