Frente a los escenarios de crisis económicas los más afectados son los
trabajadores. Tienen como lema ocupar, resistir y
producir. Este es el caso de Huesitos, la cooperativa recuperada de Wilde que
se dedica a hacer elementos de entretenimiento para mascotas.
Foto de archivo de la CTA |
Por Cecilia Lauria
Marcelo Quiroz habló en el programa radial ¨La Voz de los trabajadores¨ sobe la cooperativa que integra la CTA , la cual ha estado en peligro de cierre, posteriormente de expropiación y remate. Como producto de la lucha, ha tenido una causa penal por violación de faja de clausura. “Vos sos el único idiota que va en cana por trabajar”, le dice burlándose una amiga, y resignado contesta: “es mejor ir en cana por laburar que por robar”.
Huesitos fue recuperada en el año
2005 con el esfuerzo de 35 personas tras el quiebre ficticio del dueño anterior
de la empresa. “Nos dedicamos a hacer caramelos, huesitos, todo lo que se vende
en los Pets Shops”, expresó.
“Por mucho tiempo laburamos sin
beneficios, la empresa nos dejó a la deriva. Sacábamos cosas de nuestras casas
para llevar a la empresa y ahí obtuvimos apoyo
y asesoramiento de Joaquín Escobar y del intendente de Avellaneda”, comentó
el integrante de la cooperativa.
A lo largo de los diez años,
Marcelo aseguró que han tenido que chocarse una y otra vez para entender cómo
funciona el sistema y también para comprender que los tiempos de los operarios
y de la burocracia son muy diferentes.
Hoy el remate de la cooperativa está
frenado y sobreseyeron su causa, “Hoy no me puedo quejar, hay dos alegrías”, contó.. Huesitos consiguió nuevamente la media
sanción del Senado para la expropiación, aunque faltaría la aprobación de Diputados
para resolver finalmente el conflicto.
“Nosotros esperamos más la ayuda política que la judicial”, explicó, y agregó: “En la dictadura dos eran compañía y tres multitud, así te imposibilitaban el consenso, este gobierno apoya el cooperativismo, del que se aprende muchísimas cosas”
“Nosotros esperamos más la ayuda política que la judicial”, explicó, y agregó: “En la dictadura dos eran compañía y tres multitud, así te imposibilitaban el consenso, este gobierno apoya el cooperativismo, del que se aprende muchísimas cosas”
“Todo lo que hacemos es artesanal,
todo a mano, tenemos una gran cartera de clientes pero no podemos expandirnos
porque el servicio de gas quiere cobrar una deuda de 500.000 pesos de la
empresa anterior. No tenemos suministros y la garrafa eleva los costos de
producción”, concluyó.
Con todas las dificultades legales,
y económicas que representa, el derecho a trabajar y el ansia por recuperar su
fuente de trabajo, existen más de 190 fábricas recuperadas en la
Argentina. En estos establecimientos funciona la igualdad, la equidad y la
solidaridad que de puertas para dentro deja de ser algo utópico.
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