La mitad del mundo ofrece variedades para los
visitantes, que van desde deportes extremos hasta incursiones por el Amazonas. Aguas
termales, playas intactas y otras incursiones a precios económicos.
Canopy en Baños
Por Santiago
Giorello
En Ecuador el
salario mínimo es de 354 dólares, en una economía hegemonizada por la moneda
norteamericana gracias a una intervención del ex Ministro de Economía Domingo
Cavallo hace quince años.
Para tomar
dimensión de los precios, un almuerzo completo cuesta entre dos y tres dólares,
lo que comprende: sopa de entrada, pollo con arroz y ensaladas de plato
principal, un jugo natural exprimido y flan de postre. El trabajador gastronómico
no escatima en tamaño.
El
transporte, subsidiado por el Estado: un recorrido de tres horas puede costar
seis dólares. En la ciudad, el habitante paga 0,25 centavos y puede recorrer
varios kilómetros, a través del trole bus.
El país, que
en tamaño podría ser una provincia argentina, cuenta con tres grandes
divisiones: selva (“la amazonía”), la sierra y la costa. Esta diversidad
permite al turista recorrer un clima tropical.
Quito
Debido a las
políticas implementadas a fines del siglo XX en el país, se vio una alta
emigración del campo a la ciudad. Quito (norte) y Guayaquil (sur) conforman los
grandes conglomerados urbanos, con diferencias materiales claras: en radios de
diez cuadras se ven barrios populares y espacios privados. En las zonas
céntricas se mezclan las construcciones coloniales con los edificios
contemporáneos, con el toque religioso típico de las capitales
latinoamericanas, inundadas de iglesias y catedrales.
En materia de
playas, sus aguas son cálidas en cualquier momento del año, y la aventura
recomendada es “La ruta del sol” que atraviesa de sur a norte sus extensas
aguas. Se puede bucear, conocer ballenas y otras actividades como jugar al
fútbol, actividad elegida por ecuatorianos.
Por otro lado, a lo largo y a lo ancho abundan las frutas como la piña, la papaya y las distintas especies de bananas, referencias del territorio. Marcelo, trabajador del campo, expresa que las que van al exterior contienen algunos productos químicos, pero que en Ecuador hay una fuerte política de soberanía alimentaria.
Paraje en la ruta
Un punto
selvático es Baños de Agua Santa, lugar donde se ubica la famosa “Casa del
Árbol”, que da vista a un paisaje verde montañoso. Ahí se pueden hacer
actividades como rafting (20 u$s), canopy (10 u$s) e incluso arrojarse de un
puente de cien metros de altura (15u$s). A su vez, por sólo dos dólares se
accede a piletas termales a metros de una cascada natural.
Camino a Guayaquil
Si uno quiere
incursionar en las comunidades originarias, un punto recomendado es Puyo,
pueblo ubicado en la puerta del Amazonas, monstruo latinoamericano.
Varios
argentinos no sólo eligen el país, sino que se quedan a trabajar en inmuebles a
cambio de hospedaje y comida. “Montañita enamora a muchos de los que llegan,
por su clima y ambiente humano”, afirma Facundo, joven de 24 años que dejó su
Mar del Plata natal hace un año para quedarse en la playa ubicada al sur del
país. Ahora trabaja de mozo en un parador céntrico y aspira a subir a Colombia
en un futuro.
Los Frailes, reserva natural
Montañita es
la playa elegida por jóvenes debido a su diversión nocturna. El lugar se creó
como punto turístico a fines del siglo XX por iniciativa de surfistas, y de
empresarios israelíes. En un rango de cinco cuadras se concentran bares, parajes
y boliches.
El lujo del
turista –en promedio, unos 600 dólares de gastos adicionales- son las Islas
Galápagos, las cuales se ubican a mil kilómetros de la costa, en lo que se
denomina un paraíso natural conformado por aguas transparentes y diversidad de
especies.
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