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La sala presenta diariamente en sus funciones, diferentes historias: dramas, comedias, romances. Ninguna de ellas atrapa tanto como la que nos relató Manuela Balcarce, directora de este espacio, quien nos explicó cómo funciona cotidianamente un cine inclusivo

La directora de la sala, sostuvo que se trata de un espacio cultural gratuito, que beneficia gratuitamente a los vecinos de Wilde

Por Cintia Palacios

Luis Buñuel  llamó al cine como “instrumento de poesía, con todo lo que esta palabra pueda contener de sentido libertador, de subversión de la realidad, de umbral al mundo maravilloso del subconsciente”. 

Y la sala municipal de Wilde, no es su excepción. Dialogamos con Manuela Balcarce, su directora, para conocer la función social que cumple.


-¿Cómo nació este Cine? ¿Cómo surgió la idea ?

Este espacio físico fue antes la Papelera del Plata, que cerró en los años 90. Durante mucho tiempo estuvo cerrado y entre los vecinos nació la idea de recuperar el lugar y ponerlo al servicio de la comunidad de Wilde. Ahí nació este cine.

Lo gestionaba esta cooperativa manejada por vecinos. En ese entonces, y hasta hace poco, la entrada costaba un valor de $5 por persona, y los talleres se abonaban mensualmente $35, esas cifras eran un aporte económico mínimo, como para solventar algunos gastos, pero el Cine lo llevaban adelante los vecinos con su esfuerzo y así lo hicieron funcionar mucho tiempo.

-¿Cuál fue el conflicto vecinal frente a la municipalización de la cooperativa?

Resultó ser un choque de opiniones muy fuerte. Comenzó con manipulaciones extrañas de los fondos comunes, plata que venía de los bolsillos de los vecinos.

Como el municipio de Avellaneda cedió el espacio físico y solventaba algunos servicios, el intendente no quiso que una o dos persona inescrupulosas ensuciaran su nombre ni el trabajo de toda la comunidad, y propuso entonces la municipalización para buscar la transparencia del manejo de los fondos. Y lo logró: todos tenemos acceso a la información de los proyectos a los que se destinan nuestros impuestos.

Pero algunos vecinos se opusieron en ese momento, porque entendieron que fue una jugada política de parte de Jorge Ferraresi, para vanagloriarse de lo conseguido hasta ese entonces.

-¿Cómo se sostiene hoy la gratuidad de las entradas?

En agosto del año 2016 se municipalizó, el gobierno Municipal reorganizó el presupuesto y las entradas pasaron a ser gratuitas.

-¿Cuál es la importancia de un cine inclusivo?

Al hacerse cargo de los gastos no solo toma las responsabilidades económicas sino que lo toma como una de las prioridades del municipio, una de las puntas para armar un modelo inclusivo en el partido de Avellaneda. Y no solo con el Cine, pasa en el Teatro Roma y en diversos espacios, siento que el Intendente está redoblando la apuesta con la cultura.

Desde la organización de los vecinos a la actual se mantuvo la idea original pero se profundizó en la idea de inclusión: no es sólo gratis sino que es para todos. Damos funciones para chicos con Trastornos del Espectro Autista, por ejemplo. Talleres de lenguaje de señas… de hecho en todos los talleres se profundiza con personas con capacidades diferentes.

-¿Cómo son esos talleres que se llevan a cabo en este espacio?

Como dije, antes había un bono mensual que cobraba cada profesor. Hoy la municipalidad les otorga una beca a los profesores, para que las clases puedan ser gratuitas. Algunas son a la gorra, pero la condición es que no tengan un piso, nada de “un mínimo de $20 para colaborar”.

Son diversos, existen diversos talleres interesantes y los docentes se comprometen con la enseñanza. Todo comenzó en un proyecto, se presenta en la Secretaría de Cultura de Avellaneda y se evalúa ahí, según sus condiciones. Después se dictan acá.

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